Javier Muñiz (Coristanco, 1983) es arquitecto técnico, ingeniero de edificaciones y gerente de la empresa Inxenia.

— ¿La gente está más preocupada por su casa?

— El confinamiento y el teletrabajo han hecho que la gente se plantee reformas: que si correr un tabique o reformar la cocina. Han tenido tiempo y piensan en darle una vuelta a la vivienda. Antes, en el día a día no tenían tiempo de pensarlo.

— ¿Qué es lo que buscan los clientes, lo que más valoran?

— Los espacios diáfanos, lo más abiertos posible, evitando las pérdidas de superficie con pasillos. Los más jóvenes se inclinan más por unir la cocina, el comedor y el salón y también se pide mucho una habitación multiusos: que sea despacho y zona de esparcimiento para leer, pintar, tocar un instrumento… además, hay un cambio en los modelos de familia: casi nadie ahora tiene tres hijos, por lo que se necesitan menos habitaciones.

— ¿Y la luz?

— Siempre que es posible nos inclinamos por ventanales grandes. Eso aumenta además la eficiencia energética porque con más superficie acristalada, más iluminación y más calor. Hay también la búsqueda de sistemas de energías renovables, con bomba de calor o geotermia. Y el nivel de aislamiento preocupa bastante, cada vez más porque también reduce el coste de mantenimiento.

— ¿Y qué tipo de casas piden?

— Las viviendas unifamiliares son tendencia. Cada vez se piden más de una planta. Los clientes piensan en el futuro y quieren evitar barreras arquitectónicas.

— ¿Se deja asesorar el cliente?

— La gente suele tener claro que está en manos de un especialista y se deja asesorar. Hay gente que trae una idea más clara, preconcebida y cuesta moverla de ahí, pero cuando se plantea un cambio y se argumenta correctamente suele aceptarlo. Lo que sí que ha aumentado es el nivel de exigencia a la hora de la ejecución, a nivel de resultados y en acabados y materiales.

— ¿Y la estética?

— Muchas veces viene marcada por el planteamiento. Hay zonas determinadas donde solo se permite un tipo de construcción, de tipo tradicional gallego. Donde el cliente puede elegir suele preferir las líneas rectas, más modernas. La tradicional fachada de granito o de mampostería va perdiendo presencia a favor de materiales más modernos. También se busca la mejor orientación. 

— Además de la nueva construcción se están realizando numerosas reformas. ¿en qué suelen consistir?

— Suelen ser viviendas que han llegado por herencia, de los abuelos o de los padres. Lo normal es vaciar todo y rehacer, entro otras cosas porque la normativa de habitabilidad asi lo exige en muchas ocasiones. Por ejemplo, a causa de la protección del gas radón hay que hacer el forjado del suelo. Además, muchas viviendas tenían habitaciones muy pequeñas, de ocho metros cuadrados y ahora eso ya no es posible. También se realizan distribuciones más modernas, acordes con los nuevos sistemas de vida. La reforma es una solución habitacional buena porque supone un ahorro. En lo que respecta al exterior, ahora se valora mucho la fachada de piedra, al contrario de lo que pasaba antes.

En las reformas lo normal es vaciar todo y rehacer.

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